Ahora que volvemos de las vacaciones y con los gastos triplicados es muy fácil caer en la tentación de acceder al uso de las llamadas tarjetas revolving o de crédito con las que, según cuentan quienes las comercializan, podemos pagar en “cómodos plazos”, nada más lejos de la realidad.
Este tipo de tarjetas prevén una cuota fija mensual con la que se enmascaran los llamados créditos revolving que incluyen intereses por encima del 20% o 25% TAE. Además, en algunos casos, si la tarjeta ya ha sido contratada con anterioridad, podríamos estar hablando de un tipo de interés TAE cercano al 30% lo que implica un sobreendeudamiento para las familias absolutamente abusivo y reclamable.
Además de los intereses, este tipo de tarjetas incluye un elevado número de comisiones, también excesivas, que se acumulan y son abonadas por el cliente mes a mes.
Si ya está en esta situación puede ponerle fin, pues la tarjetas de crédito revolving se pueden reclamar pudiendo tener en nuestro despacho un asesoramiento gratuito al respecto.