Es habitual encontrarnos en nuestro buzón de casa una carta de nuestra entidad bancaria en la que nos hace llegar una tarjeta de crédito que no hemos solicitado previamente. En estos envíos, apenas nos llega una tarjeta y alguna publicidad en relación a la misma que no concreta ni explica de manera clara y detallada las condiciones económicas vinculadas a ese contrato de tarjeta.
Esta práctica bancaria es válida y la aceptación del contrato se produce con el primer uso que hagamos de la tarjeta recibida. Por tanto, si no se usa la tarjeta el contrato no se perfeccionará, ahora bien, tras la activación con su primer uso, el banco podrá aplicar todas las condiciones económicas asociadas a la misma.
En todo caso, si nos llega una tarjeta a casa, lo mejor es consultar las condiciones de la misma y valorar si su uso es necesario siendo especialmente cauteloso en el tipo de tarjeta de crédito recibida por si pudiéramos estar ante un caso de condiciones usurarias o abusivas.
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